Día del Profesor Normalista, 101 Años de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria

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La Masonas abogamos por una educación laica, no sexista, pluralista, gratuita y de calidad como herramienta indispensable para avanzar hacia la libertad de conciencia y la equidad social.

Hoy 26 de agosto celebramos con fuerza dos hitos fundamentales que permitieron a nuestra República crecer intelectual, moral, cívica y económicamente. En primer lugar, los 101 años de la entrada en vigencia de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria que obligó a los padres a enviar a sus hijos a estudiar hasta cuarto básico, tiempo que con los años se prolongó hasta 12 años.

La formación pedagógica en Chile fue preocupación desde los inicios de la República. En 1842 se creó la Escuela Normal de Preceptores de Santiago, la más antigua de Hispanoamérica, a cargo del pensador, político y educador Domingo Faustino Sarmiento, y en 1853 se crea La Escuela Normal de Preceptoras, transformándose desde una mirada histórica en unas de las primeras políticas que permitían el acceso de mujeres a la educación y al mundo del trabajo. 

Estas son las semillas de la creación de las escuelas normalistas que dieron tanto orgullo durante casi dos siglos a la educación del país. Por ello también se celebra hoy el Día del Profesor Normalista, como una forma de reconocer a tantos maestros y maestras que brindaron su sabiduría, amor, abnegación y cultura cívica a cientos de miles de niños y niñas en todos los rincones del territorio donde el Estado levantó una escuela.

Para la Masonería la educación es la herramienta fundamental que permite al ser humano la libertad de conciencia, la base para aceptar los puntos de vista del otro/a desde la reflexión y desde el amor. La educación es fundamental porque otorga oportunidades de desarrollo en los ámbitos, intelectual, ciudadano y económico, posibilidad de crecimiento en equidad.

Nuestra Orden vela por la justicia, y no existe mayor justicia para un infante que tenga la oportunidad de abrir su mente en el contexto de una educación laica, no sexista, pluralista, gratuita y de calidad. Nos queda mucho camino por recorrer, pero no debemos cejar, la posibilidad la podemos construir entre todas y todos, especialmente en este momento histórico en que se redactará una nueva Constitución para el Chile del mañana.

Foto Servicio Nacional del Patrimonio Cultural