«El sol no espera a que se le suplique para derramar su luz y su calor. Imítalo y haz todo el bien que puedas sin esperar a que se te implore»
Epicteto
El solsticio de verano es un evento celestial y astronómico que se produce cuando el Sol alcanza su punto más alto en el cielo y su energía es más intensa. Profundo significado espiritual en diferentes tradiciones y culturas que marca la máxima desigualdad entre el día y la noche y es la entrada oficial al verano. Se celebra como un momento de transformación, renovación y de conexión con la naturaleza, es un momento para detenerse y reflexionar sobre el camino transitado.
Los griegos hablaban de este acontecimiento como una puerta de entrada a otra dimensión, el Sol disminuía día a día porque penetraba en la dimensión del espíritu de los hombres. El espíritu se recoge sobre sí mismo para asimilar las experiencias vividas y que el Sol interior ilumina. A esta puerta imaginaria la denominaron “Puerta de los Hombres”, la que expresa la relación de los seres humanos con los espíritus más puros cuando cruzan la puerta del inconsciente. Estas “Puertas Solares” eran llamadas las dos caras de Jano, el guardián que simboliza la transición del pasado al futuro, de la vida a la muerte y el renacimiento. Jano influía sobre las cosechas y sobre la luz y la oscuridad.
Por Rosita Lopez, Corresponsal Logia Hipatia N°31 de Santiago.
Imagen: https://blog.redbus.pe/destinos/inti-punku-cusco-la-puerta-del-sol/
