Valores Masónicos: La Esperanza

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“Es el único bien común a todos los hombres, los que todo lo han perdido, la poseen aún”.

Tales de Mileto

Para los poetas de siempre, la esperanza ha sido como la hermana del sueño que calma nuestras penas y angustias. Se la representa bajo la figura de una joven ninfa, con rostro tranquilo, sonriéndose levemente, con gracia, coronada de flores, mensajeras de los frutos y teniendo en su mano un ramo de las mismas. Su color verde es característico como emblema de la naciente verdura que presagia la cosecha de los granos. Los antiguos la pintaban con alas porque es propio de la esperanza escaparse cuando uno piensa alcanzarla y asirla.

Es la definición de lo que es la VIRTUD TEOLOGAL, y desde luego se nos viene a la memoria su origen, que en la lengua Griega, en su voz “THEOS”, significa Dios, lo que indica que fue inventada e impuesta, a nombre del Ser Supremo, a quien se atribuyen las palabras de “FE”, “ESPERANZA” y “CARIDAD”, como otras tantas VIRTUDES que se deben practicar en forma consciente y fuera de toda hipocresía y falsedad. Sin embargo, sus preceptos están considerados filosóficamente, como una de las tres más bellas VIRTUDES, tomando en consideración que, quienes guían sus actos con toda FE, los que abrigan una esperanza con todo fervor, y los que con nobleza y altruismo, practican la CARIDAD, desde luego que se hacen merecedores a toda clase de consideraciones, de distinciones y de honores, captándose el aprecio y el agradecimiento de la Sociedad.

Muchas son las citas filosóficas sobre la esperanza y están muy lejos de coincidir entre sí. Se puede decir que todos los filósofos del mundo se han referido alguna vez a este tema y que las visiones al respecto son tan diferentes como lo son las mismas filosofías.

La esperanza, tiene que ver con esperar el bien y nace de la confianza en sí mismo. Nos desafía a ser agentes activos de nuestra propia transformación y a contribuir a la construcción de un mundo más justo y compasivo. La esperanza es un regalo que nos hacemos a nosotros mismos, es el acto de mirar hacia adelante con el corazón abierto, con el acto de abrazar la posibilidad, incluso cuando la certeza es difícil, escasea y como que se nos escapa. 

La masonería es una sociedad fraternal que promueve valores como la la Libertad, la Igualdad, la Fraternidad y la Búsqueda del Conocimiento, desde esta perspectiva, la “ESPERANZA”, desempeña un papel crucial en la vida de todo ser humano y en la comprensión más amplia del mismo.

La esperanza es aquella luz que nos ilumina tenuemente, la soñamos y pensamos a diario, es esa voz que nos habla en los momentos de pesar y tristeza, y se vuelve un motor en nuestra vida que nos empuja a alcanzar aquello tan anhelado.

Si no existiera la esperanza, no seríamos soñadores, pero como lo dijo Aristóteles «la esperanza es el sueño del hombre despierto». 

La esperanza muere con nosotros.

Por María Luisa González Rivera, Logia Gea N°30 de Ovalle.