Han pasado 236 años y el lema Libertad, Igualdad, Fraternidad sigue tan vigente como entonces. La Toma de la Bastilla, que se conmemora cada 14 de julio, marca uno de los episodios más relevantes de los que dieron origen a la Revolución Francesa.
Un día como hoy, en 1789, un grupo de manifestantes parisinos se atrincheró en la Bastilla, una fortaleza que se utilizaba como cárcel, en un acto de resistencia contra la autoridad absolutista y un importante acontecimiento en el camino hacia la transformación revolucionaria de Francia.
En ese tiempo, Francia se hundía en una profunda crisis política, económica y social. La monarquía absoluta, encabezada por Luis XVI, gobernaba de manera autoritaria y desigual. La sociedad francesa estaba dividida en tres estamentos: el clero, la nobleza y el tercer estado, este último compuesto por la burguesía y el pueblo llano.
El descontento popular era evidente, ya que el tercer estado sufría una carga impositiva desproporcionada y carecía de derechos políticos. La desigualdad social y la falta de oportunidades económicas generaban un clima de malestar generalizado. Además, las ideas de la Ilustración, que defendían la igualdad de los ciudadanos y la libertad individual, comenzaban a difundirse e influir en la mentalidad de la época.
París, exaltado por la libertad y el entusiasmo, apoyó masivamente la Asamblea y la muchedumbre enfervorizada tomó la prisión en busca de armas y liberar a los siete prisioneros políticos que estaban encarcelados.
Las masas se arremolinaron por toda la ciudad. Desmoulins, francmasón se unió a una gran muchedumbre, al grito de: “¡Ciudadanos, no hay tiempo que perder! ¡Esta noche, soldados tomarán el Campo de Marte para masacrarnos; sólo queda una solución: tomar las armas!”
La toma de la Bastilla provocó la caída de la monarquía francesa y el surgimiento de la República, que simboliza la lucha por la libertad, la igualdad y la justicia social.
Las consecuencias de la Toma de la Bastilla
La Toma de la Bastilla marcó el inicio de la Revolución Francesa y dio paso a la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, un documento fundamental que establecía los principios de libertad, igualdad y fraternidad.
Además, se abolió el feudalismo y con ello los privilegios de la nobleza y el clero lo que condujo al establecimiento de una sociedad más igualitaria.
La Toma de la Bastilla produjo una profunda transformación política que se tradujo en cambios radicales como la instauración de una monarquía constitucionalmente y luego el surgimiento de la Primera República.
Este acontecimiento histórico tuvo un impacto profundo no solo en la historia francesa sino que en el devenir de la humanidad toda al impulsar ideales de libertad, igualdad y justicia.
Mujer y revolución
Aunque no hay registro exacto de la participación femenina en la toma de la Bastilla, se sabe que participaron activamente en las calles de París en los días previos al asalto.
Las mujeres propiciaron la movilización popular y la agitación política que llevó al asalto de la Bastilla. Estuvieron unidas a las multitudes que marchaban por las calles exigiendo pan y justicia social, y participaron en disturbios y protestas contra el gobierno monárquico. Muchas también formaron parte de grupos revolucionarios y contribuyeron a organizar la defensa de la ciudad contra las fuerzas leales al rey.
Muchas también escribieron panfletos y periódicos revolucionarios, participaron en clubes políticos y manifestaron su apoyo a líderes revolucionarios como Robespierre.
Después de 236 años, la Masonería Universal sigue alzando las banderas de la Libertad, la Igualdad y La Fraternidad, con la misma convicción de los franceses de entonces, para seguir construyendo un mundo mejor basando la convivencia humana sobre estos tres pilares fundamentales.
Por Rosita López Corresponsal Logia Hipatia N°31 de Santiago.