Gran Maestra Adriana Aninat: “Faltan leyes que aseguren la igualdad de derechos de las mujeres”

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En su primera entrevista como Gran Maestra, reflexiona sobre la masonería y el proceso constituyente.

Por Rodrigo Vergara Tampe

Adriana Aninat es de aquellas personas que uno siente conocer desde siempre. Su semblante cariñoso y su sencilla personalidad no describen necesariamente a la mujer que lidera una de las agrupaciones femeninas más grandes de Chile.

Como Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de Chile, tiene una enorme responsabilidad sobre sus hombros. No solo dirige una orden rodeada por prejuicios y desconocimiento, sino que ha debido navegar por las inquietas aguas de la crisis social de octubre.

Enfermera de profesión, hoy trabaja en abastecimiento de repuestos e insumos de maquinaria pesada, un rubro esencialmente masculino. Como buena masona es discreta y ecuánime, aunque no titubea para reivindicar las demandas sociales, la paridad de género en el proceso constituyente y el respeto a los derechos humanos.

Esta es su primera entrevista desde que asumió en noviembre.

— ¿Qué la inspiró a convertirse en masona?

— La motivación por el estudio, por tratar de dilucidar las grandes preguntas como quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Pero sobre todo el interés de ser mejor persona en el sentido ético, moral y espiritual. Hace 20 años que estoy en la masonería y me siento afortunada de transitar este camino, junto a otras mujeres de las más diversas procedencias y pensamientos.

— En su vida diaria, ¿la miran raro por ser masona?

— Uno de nuestros principios es no andar por la vida diciendo soy masona. Lo importante es que te reconozcan como tal por tu pensamiento, por tu palabra y por tus acciones. Hay mucho desconocimiento que habla de conspiraciones secretas, pero es porque no nos conocen. Muchos se confunden y creen que somos ateas, pero tenemos una profunda espiritualidad laica.

— La Logia Femenina comenzó en 1983. Antes de eso, ¿cuál era el rol de la mujer en la masonería chilena?

— Nosotras somos fruto de la historia y ha sido un trabajo maravilloso y difícil. El movimiento feminista de los años 40 y 50, que permitió a la mujer tener derecho a voto, motivó a un grupo de notables mujeres (en un comienzo la mayoría eran esposas de masones), a conformar una logia exclusivamente femenina, lo que se fue materializando durante los años 70.

— ¿Ha sido difícil el camino para consolidar la Logia Femenina?

— A pesar de que Chile es un país bastante machista, hemos logrado salir adelante e incluso muchos masones admiran el trabajo que hemos hecho. Hoy contamos con más de 40 logias de Arica a Punta Arenas y en todos estos años de funcionamiento, salimos a Latinoamérica para dar vida a las logias femeninas en Bolivia, Argentina, Uruguay, Cuba, Perú y Panamá.

En marchas feministas

— ¿Cuál ha sido el rol de la Gran Logia Femenina en el estallido social?

— Desde el principio hemos apoyado públicamente las demandas sociales, llamando al diálogo y al respeto a los derechos humanos. También hemos trabajado al interior de nuestras logias, organizando cabildos, conversatorios y charlas con expertos en el proceso constituyente que está por venir.

— ¿Cómo perciben este proceso constituyente que se iniciará con el plebiscito de abril?

— La inmensa mayoría de la Logia Femenina está de acuerdo en que haya una nueva Constitución.

— ¿Con paridad de género?

— Por supuesto. Hay que respetar la igualdad de derechos para la mujer, en los ámbitos ciudadanos y domésticos, en lo público y en lo privado. En el proceso constituyente, es muy necesario que exista un 50% de mujeres y 50% de hombres.

— ¿Cómo Logia Femenina, han participado en marchas feministas?

— El año pasado participamos por primera vez como masonas en una marcha feminista. Pero no todas estuvieron de acuerdo y como nuestra opción es la libertad de pensamiento, debemos respetar todas las voces al interior de nuestra Logia.

— ¿Qué opina del colectivo “Lastesis”?

— Las encuentro increíble, produjeron un cataclismo en todos lados. Su gran mérito es que han traducido la teoría feminista —profunda y a veces difícil de entender para los legos— a un mensaje directo, entendible, empático y que apela a la emoción, particularmente a quienes han vivido la violencia de género en sus múltiples formas.

— ¿Cuál es el desafío de la masonería femenina?

— Somos una sociedad muy patriarcal y faltan leyes que aseguren la igualdad de derechos de las mujeres. En materia laboral, ganamos 30% menos que los hombres y se dificulta el acceso a los cargos de jefatura. La violencia sigue viva y es cosa de ver la tasa de femicidios, pero también está la otra violencia: los piropos groseros, el lenguaje y la educación sexista. Como masonería femenina, tenemos que lograr participar en materias legislativas. Hay parlamentarias masonas, pero aún falta poder abrirnos porque existen prejuicios y en eso debemos trabajar.

— ¿Estarían dispuestas a conformar una logia donde también participen hombres?

— Por el momento nos acomoda la forma de trabajo de la Masonería Femenina. Somos una institución muy joven en tiempos históricos y tenemos otras problemáticas. Eso no quita que se puedan realizar encuentros con hombres, como ya se está haciendo.

— ¿Cuáles son los requisitos que deben cumplir las mujeres que quieran ingresar a la Logia Femenina?

— Ser mayor de edad, tolerante, íntegra e inquieta, que disponga de tiempo físico y espiritual para tomar este compromiso.

Entrevista en el diario La Segunda, Chile.