Hoy 14 de enero se celebra la publicación de la Ley N°9.292, que establece el “Sufragio Femenino para Elecciones Parlamentarias y Presidenciales en Chile”, así como el derecho a ser elegidas en esos cargos y su respectivo registro electoral, cumpliéndose 75 años de la universalización de los derechos políticos para las mujeres, marcando un hito histórico en la lucha por la igualdad de Género.
La decisión de otorgar el derecho a voto generó controversias en la sociedad de la época, marcada por la impronta católica arraigada fuertemente en la estructura social y política de nuestro país; donde las mujeres debían cumplir un rol de resguardo de la esfera privada en el ámbito de la mantención y cuidado de la familia. No obstante, tomó valor en la consecución de este derecho la idea de separación Estado-Iglesia en las decisiones gubernamentales para abogar por la igualdad de las mujeres, independientemente de las creencias religiosas, garantizando que las decisiones políticas fueran basadas en los valores laicos basados en la razón y la justicia.
Por aquellos años, nuestro país estaba liderado por un Presidente masón, Don Gabriel González Videla, que influido por los principios de la Orden y apoyado por los círculos masónicos, comprometidos con extender los valores democráticos a las mujeres, desempeñaron un papel crucial en la defensa de la inclusión política de todas, consolidando un legado de equidad de género en la historia chilena.
Grandes mujeres del Siglo XX como Amanda Labarca, Elena Caffarena, María de la Cruz Toledo, Olga Poblete, entre otras, conscientes de sus derechos se organizaron y lucharon valientemente por la obtención de este anhelado sueño, argumentando valores relevantes como: igualdad, contribución a la sociedad, educación cívica, avances sociales y la lucha por la justicia y equidad, entre otros, como argumentos para el activismo que llevaron a la creación y aprobación de la Ley del Derecho de Sufragio de la Mujer. A ellas hoy les debemos este significativo avance en la historia de la participación política en Chile.
Asimismo, siguiendo esta línea, formaron diversos movimientos feministas, como el MEMCH, la Agrupación Pro Derechos de la Mujer, la Federación Chilena de Instituciones Femeninas, (FECHIF) y el Comité Pro Derechos de la Mujer, entre otros, que desempeñaron un papel clave en la lucha por la igualdad de derechos políticos y civiles, contribuyendo a la materialización de esta ley en 1949.
Por último, cabe reflexionar que estos cambios han sido tan paulatinos y han requerido cambios tan profundos en nuestra sociedad y en la forma de hacer política, que ha tomado décadas poder materializarlos y aún quedan desafíos pendientes, tanto así que solo recién el año 2006 -cincuenta y siete años después- Chile contó por primera vez con una Presidenta de la República, Michelle Bachele Jeria. Hoy en pleno siglo XXI, el principal desafío es cómo nos insertamos en un mundo, aún muy masculinizado, sin perder la feminidad, logrando que se respete a las mujeres por el valor de sus acciones e ideas.
por Claudia Hasbún Faila, Corresponsal Logia Egrégora N°38 de Santiago.