Este año, nuevamente estamos conmemorando este fenómeno de la Trata de personas, una forma ilegal de comercializar a seres humanos, quizás hoy se encuentra más en la retina producto de la película “Sound of Freedom”, que visibiliza la trata de personas por sobre los derechos humanos, en donde prevalece un modelo comercial basado en la oferta y la demanda.
Desde hace años que las Organizaciones internacionales, a través de campañas, han querido sensibilizar sobre la Trata de Personas, no obstante, el fenómeno no se ha visto reducido sino más bien, pasó del tercer lugar a la segunda actividad mundialmente ilícita.
El lema de este año es “Llegar a todas las victimas de la trata sin dejar a nadie atrás”, ¿es posible?. Recordemos que el fenómeno de trata de personas, es una actividad que no se ve afectada por pandemias, ni desastres naturales, ni factores políticos; es una actividad lucrativa, que permite obtener mayores divisas, en donde las ganancias económicas son inimaginables, además, los “clientes” son de distintos estratos sociales, con poder adquisitivo y político.
Situarse en la piel de una víctima de trata, sea niño, niña, adolescente, mujer u hombre mayor de edad, es saber que los trastornos psicológicos, sociales y físicos son inmensos, su reinserción social se ve afectada, sus tratamientos terapéuticos son de largo aliento y en su mayoría no logran superar esta experiencia.La trata de personas, es una forma de violencia, una forma de esclavitud, una manera de concebir al ser humano, que puede afectar a víctimas de todos los estratos sociales y que las despoja de toda dignidad, de autocontrol y derechos, por eso es imperativo que digamos NO a la Trata.
Por Corresponsal Logia Kimsa Warmi N°39 de Iquique
