Día Mundial contra el Cáncer

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Este 4 de febrero se conmemoró “El Día Mundial de la lucha contra el Cáncer” bajo el lema “Por unos cuidados más justos”. Esta jornada conmemorativa fue establecida por la UNESCO y la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC), apoyada por la OMS, en el marco de la Cumbre Mundial contra el Cáncer para el Nuevo Milenio el año 2000 en París.

“Este es un llamamiento para unir nuestras voces y actuar. Todos debemos comprometernos colectiva e individualmente para fortalecer las acciones dirigidas a mejorar la atención de calidad, la detección temprana, revisar los tratamientos y los cuidados paliativos”, se señaló al instaurar esta fecha. 

Según cifras de la UICC, se estima que cada año 18,1 millones de personas son diagnosticadas con cáncer y 9,6 millones fallecerán por esta causa anualmente.  En 2040 habrá un crecimiento importante de enfermos alcanzando a los 29,5 millones de nuevos casos por año, crecimiento que afectará a más personas de los países de medianos y bajos ingresos. El 57% de los nuevos casos de cáncer y el 47% de las muertes ocurren en personas de 69 años o más jóvenes. 

Este incremento se debe al continuo aumento y envejecimiento de la población mundial y a un aumento en la exposición a los factores de riesgo relacionados con el desarrollo social y económico. Es un hecho que el estilo de vida afecta las probabilidades de tener cáncer. La carga aumentará aproximadamente en un 60% durante las próximas dos décadas, afectando mucho más a los sistemas de salud, a las personas y a las comunidades. 

En las Américas el cáncer es la segunda causa más frecuente de morbilidad y mortalidad, después de las enfermedades cardiovasculares, marcando las desigualdades en la salud. El rápido desarrollo de tratamientos ha conseguido disminuir las muertes, pero todavía resta mucho por hacer, especialmente en materia de prevención.

PREVENCIÓN
Esta enfermedad puede controlarse si se implementan estrategias basadas en prevención, tratamiento y cuidados paliativos. Las personas podemos bajar los riegos modificando hábitos:

  • Eliminar consumo de tabaco
  • Asegurar espacios libres de tabaco a los bebés, niñas y niños
  • Aumentar la ingesta de frutas, verduras y productos no procesados
  • Bajar el consumo de alcohol
  • Realizar actividad física
  • Realizar controles médicos preventivos, especialmente si se trata de adultos mayores.

Uno de los objetivos de la Masonería es que sus integrantes se esfuercen por llevar adelante una vida plena, con estudio, reflexión con libertad de conciencia, y practicar la fraternidad y la sororidad con los demás seres humanos. En este marco, es de la máxima relevancia ser responsable con uno mismo.

Sobre esta materia, me gustaría reflexionar con ustedes sobre la dignidad de los pacientes terminales. Es muy necesario que los cuidados de los pacientes tengan como base la calidad y el respeto por las personas atendidas en cualquier sistema de salud. Es fundamental respetar la dignidad del ser humano como ente autónomo dotado de derechos inalienables por el simple hecho de serlo independientemente de las cualidades “accidentales”, como el género, estatus social, cultura, religión, raza, etc. 

Como masonas sabemos que el valor del ser humano nace de su propia naturaleza como tal y no de las “circunstancias”, por tanto, el concepto de dignidad se materializa como principal elemento a tener en cuenta durante el proceso de relación asistencial.  Es así como el paciente respetando su dignidad como persona, se sentirá más seguro y con menores temores al enfrentarse, con su enfermedad o con proceso de su asistencial concreta o a una posible internación en una institución sanitaria.  

El proceso de humanización sanitaria se basa, en el incuestionable y decisivo concepto de dignidad de la persona que es asistida. Respeto de su dignidad inalienable y con valor en sí misma independientemente de cualquier otra circunstancia presente.  Preservar este concepto de dignidad es la principal garantía para proporcionarle cuidados de calidad y de total humanidad. Debemos sensibilizarnos para poder sensibilizar al resto del entorno que brindara contención al paciente y su entorno. 

Los profesionales deben vigilar y actuar ante cualquier situación que pueda vulnerar o maltratar al enfermo.  La defensa de la dignidad es de especial relevancia en el cuidado a todos los niveles. La evolución natural del cuidado aumenta la calidad científica y humana y de la ética del cuidado en la práctica asistencial. Todas las iniciativas en pro de la humanización de la asistencia sanitaria se basan en el respeto de la dignidad humana. 

Por Rosita Lopez, Corresponsal Logia Hipatia N°31 de Santiago.