Este lunes 8 de marzo se conmemora un nuevo Día Internacional de la Mujer, fecha consagrada por Naciones Unidas hace 46 años para relevar el rol de la mujer y llamar la atención sobre la necesaria igualdad hacia la cual debemos transitar toda vez que la sociedad patriarcal, como es aún la nuestra, sigue siendo discriminadora con las mujeres.
Es un hecho que la pandemia ha ahondado las inequidades, las mujeres somos las más afectadas en los distintos ámbitos de la vida: muchas son víctima de violencia por el confinamiento y otras tantas han debido salir del mercado laboral para cuidar a sus hijos y a los enfermos con una sobrecarga que sin duda afecta su salud mental y sus presupuestos.
Como Masonería Femenina aspiramos a la justicia, la tolerancia, el respeto, la solidaridad y la sororidad. En este marco consideramos que una educación laica, humanista, exenta de prejuicios y que privilegie el espíritu crítico y el libre pensamiento, constituye la principal herramienta transformadora de la sociedad.
Por la esencia de nuestro quehacer, que propugna los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, no podemos sino persistir en la defensa de la equidad de derechos civiles y políticos para la mujer; la igualdad salarial y de acceso a diferentes puestos de trabajo; la necesidad de compartir a la par con el hombre los quehaceres domésticos y tareas de cuidado al interior de la familia y abogar por la capacidad de decisión y autonomía de la mujer en los ámbitos público y privado.
Consideramos que las mujeres tenemos derecho a vivir en un mundo igualitario, ético y amoroso, donde las diferencias de género no signifiquen desventajas para nosotras. El proceso constituyente ad portas es una oportunidad única para transformar estos sueños en acción.
Adriana Aninat Condon
Gran Maestra
Gran Logia Femenina de Chile