
El 4 de abril de 1996 se celebró en Estocolmo, Suecia, el Primer Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Infantil. Este evento marcó una fecha importante en el calendario internacional para la lucha contra uno de los delitos más graves en la violación de los derechos humanos. Este día ofrece una oportunidad para reflexionar, tomar medidas y comprometerse firmemente a erradicar este problema que afecta a millones de menores en todo el mundo.
Con el propósito de concienciar sobre el incremento global de redes de explotación sexual infantil, la necesidad de fortalecer las políticas de protección y justicia para las víctimas, y la urgencia de educar a las comunidades sobre la prevención de estos abusos, cada 4 de abril se conmemora el Día Internacional de la Explotación Sexual Infantil. Esta fecha busca proteger a los menores de este delito, que representa una grave violación de sus derechos humanos.
La explotación sexual infantil se manifiesta de diversas maneras, a través de la coerción, manipulación o violencia, con fines comerciales o no comerciales. Incluye prácticas como la prostitución, la pornografía, la trata y el turismo sexual; dejando indelebles cicatrices en la vida de las víctimas. Estos actos no solo vulneran la integridad física y emocional de los menores, sino que también destruyen su dignidad y sus derechos fundamentales.
Es una realidad alarmante que afecta a millones de menores en el mundo; factores como la pobreza, la violencia intrafamiliar y la falta de acceso a la educación aumentan el riesgo de que niños, niñas y adolescentes sean víctimas de explotación sexual. Además, el uso indiscriminado de redes sociales ha creado nuevos canales para que agresores contacten y manipulen a menores.
Esta jornada sirve como un recordatorio para los gobiernos, organizaciones internacionales, comunidades y ciudadanos de que millones de menores en todo el mundo son víctimas de explotación sexual infantil cada día. Es imperativo unir esfuerzos y trabajar colectivamente para proteger a la infancia mediante la educación, la concienciación, la implementación de leyes estrictas y la creación de redes de apoyo integral para las víctimas.
En Chile, la Ley N°20.526 establece el Registro Nacional de personas condenadas por delitos sexuales contra menores. Sanciona el acoso sexual de menores, la pornografía infantil virtual y la posesión de material pornográfico infantil, además de fortalecer programas de apoyo psicológico y social para las víctimas.
Organizaciones como la Fundación Para la Confianza y la ONG Raíces participan en la educación comunitaria y el apoyo a las víctimas, fomentando un entorno libre de violencia para los niños.
Es fundamental romper el silencio en este día, enfocándonos en la educación y protección de la infancia. Levantar nuestras voces y actuar de manera conjunta es esencial para crear un entorno en el que los niños crezcan libres de explotación y abuso. Mediante la justicia y la prevención podemos abordar eficazmente este problema silencioso y garantizar la protección del futuro de las nuevas generaciones.
Por Marie-Astrid Stock De La Cerda, Corresponsal Cantera del Maipo N°43, valle de Buin.