Cuando la realidad se muestra estremecedora, el silencio no es una opción. Por el contrario, ahora es cuando es importante hablar con una sola voz, fuerte y clara. El lunes recién pasado, en Buenos Aires, un hombre incendió la habitación en la que dormían cuatro personas, cuatro mujeres. De ellas, tres murieron y la cuarta se encuentra en estado grave. El motivo del ataque fue el odio a las lesbianas. Pocos días antes, el viernes 10 de mayo, el ministerio de salud de Perú aprobó un decreto que califica como trastorno mental la transexualidad. Estos hechos nos preocupan y nos llaman a poner atención y estar alerta ante la oleada de intolerancia que se está levantando.
Frente al error y la ignorancia no podemos permanecer en silencio. Parafraseando a Angela Davis, “no debemos aceptar lo que no podemos cambiar, debemos cambiar lo que no podemos aceptar”. Es nuestra tarea responder con valentía, con estudio serio, con debate sano e informado y, sobre todo, con respeto irrestricto. Debemos cambiar nuestro pensamiento, nuestras palabras y nuestras acciones, pues hechos tan violentos como el ocurrido en Buenos Aires, nacen y se sustentan en los discursos de odio ciego que se han instalado en los últimos años.
Margaret Mead, famosa antropóloga y defensora de los derechos de las mujeres dijo hace décadas: “Nunca dudes de que un pequeño grupo de personas pensantes y comprometidas puedan cambiar el mundo. De hecho, son las únicas que alguna vez lo han logrado”.
Cuando la intolerancia, el odio irracional y la ignorancia se alzan frente al valor inherente de la vida, del libre albedrio y de la dignidad de las personas, las mujeres que formamos la Gran Logia Femenina de Chile sentimos en lo más profundo, que es nuestro deber levantar la voz en defensa de las personas que están siendo perseguidas y estigmatizadas por transitar por caminos diferentes.
Las mujeres masonas no necesitamos entender el porqué de las diferentes opciones para actuar desde el más profundo respeto a la vida elegida por los demás. Como obreras de paz, que buscan la construcción de un mundo en donde todas las personas tengamos nuestro justo lugar, condenamos con dolor lo ocurrido en Buenos Aires; rechazamos la estigmatización y persecución a las disidencias sexo genéricas y declaramos nuestro respeto por la vida, la seguridad y la dignidad de todas las personas.
Soledad Torres Castro
Gran Maestra GLFCH