El 8 de marzo de 1908, un suceso transcendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el mundo entero: 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo. El motivo se debía a la búsqueda de una reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al que percibían los hombres que hacían las mismas actividades y el mejoramiento de las malas condiciones de trabajo que padecían.
Todos los 8M se conmemora la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad en igualdad con los hombres, y en su desarrollo íntegro como personas. Principios fundamentales como el derecho al voto o el derecho al trabajo, entre otros, fueron las principales razones para instaurar el Día Internacional de la Mujer. La Carta de las Naciones Unidas, firmada en 1945, fue el primer acuerdo internacional para afirmar el principio de igualdad entre mujeres y hombres.
Esta es una fecha donde las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. Se manifiestan marchando en pro de los derechos y libertades para todas las mujeres, niñas y disidencias del mundo. El pedido por una justicia antipatriarcal es una de las principales demandas de este 8M.
Hoy contamos con una Convención Constitucional paritaria, la primera en el mundo, y ponemos nuestras esperanzas en una futura Constitución que contribuya de manera efectiva a la consecución y garantía de nuestros derechos y al goce de estos, alcanzando una igualdad sustantiva para todas, todes y todos.
La Gran Logia Femenina de Chile (GLFCH) basada en sus principios y la preocupación institucional por los derechos humanos de las mujeres declara:
Primero: exigimos el reconocimiento de nuestros derechos, visibilizando las múltiples desigualdades que impiden a las mujeres y niñas ejercer su autonomía y participar en la sociedad de forma plena, y que persisten hasta nuestros días.
Segundo: valoramos el principio de paridad y perspectiva de género en los sistemas de justicia, que mandata a los tribunales a fallar con enfoque de género; es fundamental para erradicar las injusticias que sufrimos de forma cotidiana al participar de procesos judiciales.
Tercero: demandamos una vida libre de violencia y discriminación en todas sus formas, con perspectiva de género y de derechos humanos.
Cuarto: reconocemos la necesidad de instaurar una educación laica y no sexista donde los estereotipos y prejuicios respecto de los roles asociados al género inciden de manera negativa en el desarrollo emocional, físico y espiritual de niñas y mujeres.
Quinto: La GLFCH reconoce que la falta de centros de estudios de género y equidad liderados por mujeres repercute en la demora en avanzar por reales espacios de igualdad y participación. Valoramos el trabajo incansable en estas materias de los diferentes movimientos feministas del país, de las mujeres de los pueblos originarios, de las mujeres migrantes y de las diversidades.
Sexto: revindicamos las iniciativas que buscan el reconocimiento y garantía de nuestros derechos sexuales y reproductivos, el derecho a la educación sexual integral y el reconocimiento de la deuda que el Estado tienen frente a la cadena de cuidados que históricamente sigue a cargo de las mujeres.
Séptimo: el 8M no es un día para felicitar o regalar flores, este es un día para conmemorar la lucha histórica de las mujeres en el mundo y en nuestro país por hacer valer nuestros derechos y alcanzar una real igualdad entre mujeres y hombres.
Santiago, 8 de marzo de 2022