Este 26 de agosto tenemos la alegría de celebrar la efeméride del día del Profesor y Profesora Normalista. Su importancia se traduce en reconocer a quienes fueron pilares claves en la alfabetización de la población chilena, la cual ha tenido avances significativos, ya que, todos los niños y niñas de la nación tienen, en la actualidad, garantizada la posibilidad de formarse en enseñanza primaria, básica y media independientemente del origen social que tengan. Por todo lo anterior, se instruye por decreto 162 el año 2005 el Día del Profesorado Normalista.
Desde esta perspectiva, en nuestro particular análisis, el rol de las profesoras normalistas en Chile es fundamental, ya que, se destacaron por su compromiso con la enseñanza y por su capacidad para adaptarse a los desafíos de un sistema educativo en constante evolución, incorporándose con altos principios y valores, siendo de este modo, ejemplos para nuestra República de progreso para un Chile mejor.
Las escuelas normales, creadas en 1842, tuvieron un rol fundamental en la formación de docentes, enfocándose en brindar una educación integral al estudiantado. Estas instituciones formaron a miles de profesores y profesoras, que se dispersaron por todo el país, llevando educación a los rincones más alejados de Chile, llegando hasta a zonas rurales y apartadas, donde la educación era una de las pocas oportunidades de progreso para las niñas y niños de esas localidades.
Desde esta perspectiva, las primeras generaciones de mujeres que ingresaron a las escuelas normales datan de a fines del siglo XIX, transformaron las aulas y a las comunidades a las que pertenecían, labor especialmente significativa en un contexto en el que la educación era un ámbito predominantemente masculino. Su presencia en la docencia abrió puertas para futuras generaciones de mujeres, demostrando que podían desempeñar roles protagónicos en la formación de la sociedad, y la igualdad de género en la sociedad.
El legado de estas mujeres Profesoras Normalistas perdura hasta hoy, siendo inspiración para quienes siguen su vocación docente. En un país donde la educación es vista como un pilar del desarrollo, el aporte de las mujeres profesoras ha sido y sigue siendo invaluable. Su dedicación y pasión por enseñar continúan siendo un ejemplo de cómo la educación puede transformar vidas y construir un futuro mejor para todos.
Como es la Escuela, será la República. Esta efeméride nos invita a reflexionar sobre aquellas promotoras de conocimientos académicos, valores y hábitos en la educación para una sociedad más justa, igualitaria, responsable y respetuosa.
Por Pilar Cabezas Barría y Catalina Madariaga Vargas, Departamento de Género GLFCH.
Foto: museodeancud.gob.cl
