UN DÍA NO BASTA
Hoy es un día para conmemorar, brindar y festejar por todas las mujeres que son madres; en especial por aquellas que cuidan a sus hijos con capacidades diferentes, a las que son el único sustento de un grupo familiar, a quienes aún no siendo madres biológicas entregan lo mejor a sus hijos/as, también a las que dejaron en espera sus proyectos laborales para lanzarse en esta encrucijada de criar, por las que hacen un quiebre y pausa en su vida para maternar. Porque las maternidades, sí en plural, para tener en cuenta que existen tantas variedades como mujeres maternando en el planeta, se construyen a la par con los hijos e hijas, porque no se es la misma después del primer, segundo, tercer hijo/a. Porque las madres evolucionamos con ellos/as, aprendemos de ellos/as, a veces nos perdemos por ellos/as y ahí está el trabajo de reencontrarnos con nosotras mismas desde el ser mamá.
Quizás, nos hemos preguntado una y mil veces: ¿qué es ser madre?, ¿lo estoy haciendo bien?, ¿en qué he fallado?, ¿qué viene ahora?, y la verdad es muy probable que cueste encontrar respuestas, porque la maternidad real está lejos del estereotipo en color pastel que vemos en los comerciales.
Respetemos a las mujeres que desde sus particularidades avanzan en este camino, entregan su tiempo, recursos y vida a la tarea de guiar a los/as más pequeños/as, esos/as que tienen por objetivo salir de nuestro lado, desplegar sus alas y desenvolverse como seres independientes, pero que, sin duda al crecer, llevarán algo de nosotras en su esencia. ¿Cuántas de ustedes que hoy son madres, ven el reflejo de sus madres en sí mismas?, a todas nos sucede y ese proceso reflexivo es emotivo, conmovedor, ayuda a comprender y ver a las mujeres que nos acompañaron desde su condición humana, pero no desde lo alejada o cercana que estuvieron del molde ideal, sino desde la empatía. A veces la sociedad impone la idea de la mujer-madre como superheroína pero nuestra humanidad nos limita, por lo cual la la tarea es re-construir el quehacer maternal, sin romantizarlo, ya que, lo más probable es que cada una haya hecho o esté haciendo su mejor intento por crear su identidad de madre y dejar huella en quienes ama… con los errores y aciertos que eso implica.
Un día no basta para relevar el rol que cumplimos las madres ni para valorar esta labor en la sociedad. Se requiere poner énfasis en diferentes asuntos; el cumplimiento de los derechos y deberes parentales, la celeridad del sistema de justicia respecto de la relación directa y regular, en materia de alimentos, sobre los procesos de adopción, para garantizar el acceso a programas de fertilidad asistida, y generar espacios de conciliación familia-trabajo, ya que, protegiendo la maternidad y entregando derechos a las mujeres sobre sus cuerpos, habrán madres e infancias felices.
Que la maternidad sea reapropiación y emancipación desde una perspectiva feminista y transgresora de cánones sociales y que al mismo tiempo siga siendo el abrazo de una madre que, independiente de la edad del hijo/a, ofrece protección, calidez y calma.
¡Feliz día a todas las madres y un abrazo sororo cargado de energía para seguir en este andar!
Por Lissette Muñoz, Corresponsal Logia Rangiantü N°37 de Chillán.