Integrantes de Grandes Logias de América y Europa se reunieron el pasado 15 de diciembre en formato telemático para celebrar el Solsticio de Verano en el Hemisferio sur y Solsticio de Invierno en el Hemisferio norte.
La moderadora del encuentro fue la Gran Maestra de la Gran Logia de Argentina, Q.·. H.·. María Elena Castillo, quien en primer lugar dio la palabra a la Presidenta de FAMAF, Q.·. H.·. Maricruz Campos, de México. También hicieron los brindis tradicionales de este encuentro –a la Tierra, a la Luna, al Sol y a los planetas– las Grandes Maestras que integran la Federación Americana de Masonería Femenina (FAMAF). Las Grandes Maestras de CLIMAF también hicieron uso de la palabra para celebrar este encuentro internacional de masonerías en el que participaron 166 mujeres.
ENSEÑANZA DE LA CAÑAHUA
La idea eje de la reunión fue la conexión que tenemos los seres humanos con la Tierra y la relevancia de los Solsticios para la vida.
Por ello se invitó a exponer su experiencia a la agrónoma boliviana Trigidia Jiménez Franco, mujer de origen aymara boliviana quien se refirió al cultivo de la cañahua, especie que ha sido capaz de adaptarse al cambio climático y al estress hídrico, particularidad que no todas especies poseen, además que se considera un super alimento pues posee proteínas, calorías, fósforo, potasio, magnesio, omega 3,6 y 9, aminoácidos esenciales, no posee gluten y tienen un sabor sutil que combina bien con dulce y salado.
Prohibida por los españoles durante la Colonia, la Cañahua se ha rescatado solo durante las últimas dos décadas. Su familia hoy exporta el cereal a distintos países, junto a una red de otras cooperativas indígenas integradas por mujeres. “Migramos desde la ciudad al campo, aprendí a conocer el viento, el aire, la tierra… a través de la Cañahua he aprendido ser resiliente, a conversar con la Madre Tierra y a empoderarme como mujer”, explicó a las asistentes, recalcando que “hay que romper la idea que la naturaleza nos pertenece; es a la inversa, somos parte de la Tierra”.
En segundo término expuso Tarcila Rivera Zea-Chirapaq, activista peruana por los derechos indígenas, quién se refirió al rol del Estado y su incidencia en el desarrollo político y social en igualdad y armonía para los habitantes de un país. Asimismo hizo un llamado a poner en valor el saber de los pueblos originarios, quienes han sabido existir en armonía con la naturaleza y no por sobre ella.