10 de diciembre: «Día Internacional de los Derechos Humanos»

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En los últimos años y en nuestra memoria reciente hemos escuchado hablar una y otra vez acerca del concepto de derechos humanos. En muchas ocasiones generan controversias, discordia y polémicas. 

Es importante destacar que el estado de los derechos humanos en cualquier país es un tema en constante evolución y requiere de monitoreo y acción para lograr mejoras; por parte de organizaciones de la sociedad civil, así como organismos internacionales que desempeñan un papel fundamental en la promoción y protección de los derechos humanos.

Los derechos humanos son universales y se aplican a todas las personas, independientemente de su cultura, religión o nación. La Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948 tras dos Guerras Mundiales, establece los estándares internacionales y es aceptada globalmente.

Si bien los derechos humanos son fundamentales e inherentes a todos los seres humanos, pueden tener limitaciones en casos particulares, en aras de proteger los derechos y la seguridad de otros individuos o para salvaguardar el orden público. Se aplican a todas las personas y están diseñados para proteger la dignidad, la igualdad y la libertad. Incluyendo la educación, la salud, el trabajo, la justicia y la participación política.

Para la Masonería es importante comprender y promover una cultura de respeto y protección de los derechos humanos, de manera de asegurar la dignidad y el bienestar de todas las personas. Estos derechos buscan resguardar la dignidad de las personas y además son inalienables, es decir, que nadie puede renunciar a ellos, ni venderlos o regalarlos, ya que acompañan a la persona durante toda su vida y en todo momento, lugar y circunstancia, reconociendo, reafirmando y protegiendo la dignidad de la persona.

El 24 de octubre de 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, nace las Naciones Unidas como una organización intergubernamental con el propósito de salvar a las generaciones futuras de la devastación de conflictos internacionales. El propósito básico fue “reafirmar la fe en los derechos humanos fundamentales y en la dignidad y el valor de las personas.

Esta Declaración fue formalmente adoptada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 y es el documento más universal que trata los treinta derechos fundamentales que constituyen la base de una sociedad democrática, libre, igualitaria, con justicia y la paz.

Bajo la presidencia de Eleanor Roosevelt, defensora de los derechos humanos y delegada de Estados Unidos ante la ONU, la Comisión se dispuso redactar el documento que se convirtió en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y fue adoptada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.

Este ideal que no ha sido alcanzado por el cual las naciones deben esforzarse, tal como dice el preámbulo de la Declaración Universal. Si bien han existido importantes avances en la historia de la humanidad, aún hay mucho que hacer por lograr una sociedad de mayor igualdad y libertad para toda la humanidad.

Nuestra Institución tiene mucho que expresar en estos temas. Cuando defendemos nuestros ideales masónicos y persistimos en ser masonas y nos esforzamos en pulir “nuestra piedra bruta”, en mi opinión nos estamos comprometiendo como defensoras de derechos humanos. Nuestros ideales se forjan sobre los pilares de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, valores esenciales para construir sociedades más justas, solidarias, tolerantes y respetuosas que defiendan el librepensamiento y las libertades personales y culturales, para contribuir al progreso de la Humanidad.

Por Rosita López, Corresponsal Logia Hipatia N°31 de Santiago.