Valores Masónicos: El Respeto

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El Respeto es una virtud que representa la sabia capacidad de verse a sí misma reflejada en la otra; también la consideración personal al espacio que se ocupa y a la misión que se tiene. Cada ser humano es único y especial, cada uno ha sido dotado de libre albedrío y pies para caminar su propio sendero, crecer de manera distinta y esa es la belleza de la existencia; la infinita diversidad hace que la vida sea lo que es.

El Respeto como virtud también toca a las ideas, a la sociedad y a las instituciones y permite garantizar la armonía social porque iguala a las personas en un mismo nivel de dignidad; guía las actitudes y comportamientos de las personas con el fin de generar entornos en los que se aseguren los derechos y se toleren las diferencias. Una sociedad anclada en el Respeto es más diversa e inclusiva y promueve la empatía, la solidaridad, previene el maltrato, la discriminación y la impunidad.

La libre expresión, la libertad de culto y la justicia son algunos derechos básicos que favorecen la conformación de comunidades abiertas y tolerantes.

Resulta injusto y peyorativo hablar de Respeto si no se apunta la mirada hacia la situación de la Mujer contemporánea y su anacrónica asimetría con las nociones ideales de Respeto. La realidad pone ante nuestros sentidos maltrato sexual, discriminación laboral, abuso doméstico, carencia de justicia y derechos, exención de los espacios de decisión y gestión, relativización de ideas y disolución de igualdad por mencionar algunas. 

El orden androcéntrico impregna transversalmente con la compleja trama de significaciones imaginarias que orientan y dirigen la vida de una sociedad, llamado inconsciente colectivo por Jung. Estas establecen y determinan lo que será valorado y desechado, lo normal y lo patológico. El imaginario colectivo se hace texto, y logos estableciendo las áreas iluminadas, las áreas oscuras y las áreas intocables. 

La Masonería femenina inculca a sus adeptas el valor de trascender sus ancestrales limitaciones mediante de sus enseñanzas donde prima el esclarecimiento progresivo, la autoconstrucción personal y social. El método Masónico despierta, exhorta e ilumina el estudio al que cada una debe entregarse para la conversión de una arquitecta de su Templo Interior.

Por Minón Undurraga, Corresponsal de Ailyn N°18 de Puerto Montt.