Para la Masonería el Solsticio de Invierno es una de las fechas más relevantes del año. Así como la tierra protege en su seno las semillas que explotarán en el verano, es momento para que el ser humano se repliegue sobre sí mismo y deje atrás lo mal andado, iniciando un nuevo camino con renovadas intenciones de ser una mejor persona.
Las fiestas solsticiales tienen un gran significado iniciático. Nos recuerdan nuestra conexión con la naturaleza, con el sistema solar y el universo, así como la idea que la vida y la muerte se suceden armónicamente en un ir y venir que no se detiene.
Para las naciones originarias de Chile y de Latinoamérica este también es el día más importante del año. We Tripantu significa en mapudungún año nuevo, el momento en que se produce la máxima distancia entre la Tierra y el Sol –el día más corto y la noche más larga– representando un nuevo comienzo para la agricultura y para la vida, “el Retorno del Sol”.
Nos alegra que por segundo año este 21 de junio sea feriado, como un reconocimiento a este día tan significativo para las naciones originarias en que la conexión con la naturaleza y el cosmos es total. Es uno de los tantos pasos que la República debe dar para dar espacio a todos sus hijos.