Con 41 años de vida (1983-2024), la Gran Logia Femenina de Chile (GLFCH) es una institución iniciática esencialmente humanista, filosófica y filantrópica, integrada por mujeres de todas las edades, quehaceres y distintos pensamientos, unidas por su aspiración de crecimiento espiritual, de búsqueda de sentido y de aporte a una mejor sociedad. Este trabajo se realiza a través del estudio y la reflexión tanto individual como grupal con otras mujeres que transitan por el mismo camino.
La Orden trabaja bajo un sistema educativo gradual sustentado en el símbolo y en la vivencia de Rituales que rescatan sabidurías ancestrales para transmitir valores universales. Se sustenta en los Principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, privilegiando valores como el respeto, la tolerancia, el uso de la razón para realizar juicios y el amor al prójimo.
Acoge a mujeres de distintos credos y pensamientos filosóficos, religiosos y políticos y está comprometida con la defensa del libre pensamiento, con la educación laica y con la fraternidad activa para combatir el materialismo de la sociedad actual.
Hasta la fecha, la GLFCH ha estado abocada a su crecimiento y fortalecimiento interno, creando sedes en todas las capitales regionales y en Santiago, además de apoyar la creación de Logias y Grandes Logias en Argentina, Uruguay, Bolivia, Perú y Panamá.
UNA INSTITUCIÓN FEMENINA
La Gran Logia Femenina de Chile es una Obediencia independiente que funciona bajo el Rito Escocés Antiguo y Aceptado según modalidades heredadas de antiguas tradiciones medievales de los constructores de catedrales y con un estilo de organización que nació a comienzos del siglo XVIII en Inglaterra y se extendió más tarde por toda Europa y luego por el mundo entero, con particular fuerza en América.
Dada la época de su nacimiento, la Masonería no contemplaba la existencia de mujeres en sus filas. Si bien en Europa hubo Logias Femeninas desde el siglo XIX, en nuestro país el fenómeno es más reciente. En Chile existieron masonas iniciadas en el exterior en los siglos XIX y comienzos del XX, no obstante la primera Logia Femenina Levantó Columnas en 1970 pero no fue hasta entrado este siglo que ha tomado fuerza con mujeres que se caracterizan por ser profundamente humanistas y libre pensadoras, deseosas de crecer y transformarse en personas nuevas.
¿Por qué solo mujeres? Al menos por ahora las masonas requerimos momentos y espacios distintos. En una sociedad patriarcal como es todavía la nuestra, las mujeres necesitamos espacios propios donde reflexionar con sororidad, protegiéndonos las unas a las otras como Hermanas que marchan tras los mismos ideales de crecimiento individual y de una sociedad mejor.