El 2 de mayo de 1983, en Viña del Mar, Chile, nació Monserrat Bustamante, conocida mundialmente como Mon Laferte. Desde sus primeros pasos en la música, mostró señales de una sensibilidad poco común, propia de quienes han comenzado el arduo trabajo del pulimento interior. Así como la mujer masona trabaja con voluntad y constancia, Mon Laferte ha forjado una carrera basada en la autenticidad, la rebeldía creativa y la búsqueda constante de verdad a través del arte.
Su voz, potente y emocional, ha resonado en múltiples templos musicales del continente, cruzando fronteras y generando comunidad. Pero su obra no se limita a la música: es también pintora, activista y símbolo de resistencia. Cada trazo, cada palabra y cada gesto suyo es un acto de construcción, como quien edifica una catedral interior que sirva de refugio y espejo para otras mujeres.
Mon Laferte no teme portar los emblemas de la lucha ni exponer las llagas sociales. Con valentía ha denunciado la violencia de género, ha defendido el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, y ha abierto espacios para la sororidad en la escena musical. En su voz, muchas mujeres han encontrado consuelo y fuerza; en su presencia, inspiración para transformar la realidad.
Su disco “Norma”, grabado en una sola toma como una ceremonia íntima, es un ejemplo de cómo el dominio técnico puede ir de la mano con el alma creativa. No hay artificio en su camino: solo el trabajo constante de quien busca la luz y quiere compartirla. Mon Laferte es, en muchos sentidos, alguien que ha atravesado las sombras personales y colectivas para crear con libertad.
Por Departamento de Género GLFCH.
Fotografía: Wikipedia / Karla Gil, Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.
