Marie Adélaïde Deraismes, fue una digna representante de su tiempo. Nacida en agosto del año 1828, Marie fue una niña inquieta, aguda y amante del estudio. Su familia estimuló sus inquietudes, en especial su padre, un liberal volteriano y anticlerical convencido.
Marie fue una prodigio: desde los doce años pronunciaba discursos, dominaba el griego y el latín, lo que le permitió leer a los filósofos clásicos en sus idiomas originales. A los veinte años era reconocida como una erudita en filosofía clásica y alemana, religiones comparadas y economía política. En esos años Marie ya era una defensora de los derechos políticos y sociales de las mujeres y escribía al respecto en varios periódicos como “Le nain jaune”, “Le Grand Joirnal”, “Le droit des femmes”. Su lucha por la igualdad de las mujeres la acercará a las ideas laicas y en conjunto con reconocidos masones como, André Léo y Élisée Reclus, busca la instauración de la educación publica de las niñas y jóvenes.
Pese a ser reconocida como una pensadora brillante y escritora aguda y prolífica, su deseo por recibir la luz masónica se estrelló reiteradamente contra el rechazo de las diferentes obediencias, hasta que, el 14 de junio de 1882, fue iniciada en la Logia “Libres pensadores” del Oriente de Pecq. Esta iniciación generó un verdadero terremoto en la Orden y su Logia fue suspendida de la Gran Logia Simbólica Escocesa. Esta suspensión fue levantada solo cuando la Logia entregó la nómina de sus miembros, entre los que no figura Marie Deraismes. Sin embargo, ella sigue con su instrucción en estricta discreción.
El año 1892, Marie Deraismes junto a Georges Martin Levantan las Columnas de la Logia “Le droit humain” a partir de la cual se creará La Masonería Mixta le Droit Humain. Dos años más tarde, Marie morirá dejando el siguiente mensaje: “Les dejo el Templo inacabado, continúen ustedes la tarea de consolidar las Columnas del Derecho de la Humanidad”. Recibió póstumamente varios homenajes, hay calles con su nombre, una biblioteca que se ha hecho cargo de sus innumerables escritos y un museo en lo que fue su casa.
La vida de Maria Deraismes llama a la reflexión, fue una de las mentes más brillantes de su tiempo y tuvo que enfrentar barreras enormes solo en razón de su sexo. Sin embargo, no solo siguió defendiendo lo que le parecía justo sino que confrontó a la sociedad de la época construyendo soluciones que abrieron caminos para todas las mujeres. Esta gran Masona estudió la realidad, denunció la injusticia y levantó soluciones siendo su vida y obra una verdadera encarnación del principio rector de coherencia entre pensamiento, palabra y acción.
Por Directora del Departamento de Género GLFCH.