Laura Rodig: arte, educación y activismo

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El 7 de junio de 1901, en Los Andes, vio la luz Laura Rodig Pizarro, artista, educadora y activista. Recordar su nacimiento y conocer su obra nos invita a recordar y reivindicar a una mujer pionera que, a través del arte y la acción política, contribuyó decididamente al avance de los derechos sociales y culturales en nuestro país.

Laura Rodig estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde fue alumna de Virginio Arias. Su carácter indómito la llevó a ser expulsada por realizar caricaturas de sus maestros, aunque más tarde fue readmitida con el apoyo del pintor Fernando Álvarez de Sotomayor. 

Fundó la Asociación Chilena de Pintores y Escultores, y se convirtió en una de las primeras artistas en promover el arte social en Chile, especialmente enfocado en temáticas como el trabajo, la maternidad y los pueblos originarios.

Su cercanía con Gabriela Mistral marcó profundamente su visión política y educativa. En 1922, viajó con ella a México, donde conoció a los grandes muralistas latinoamericanos y se impregnó del ideario de la educación popular posrevolucionaria. Esta experiencia cimentó su compromiso con la pedagogía del arte. A su regreso, fue profesora en diversos liceos, formadora de profesoras-guías de museos, y desarrolló una importante labor en el Museo Nacional de Bellas Artes y en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile.

Como militante comunista y feminista, fue parte del Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH), para el cual diseñó su histórico emblema. En Europa, colaboró con el Socorro Rojo Internacional y el grupo «Mujeres contra Franco», acogiendo a niñas huérfanas y refugiados políticos. En 1949, recibió el Premio Nacional de Arte de Chile, coronando una carrera en la que arte y la lucha social fueron inseparables.

En años recientes, su figura ha sido objeto de renovado interés. En 2024 se publicó «Lo político es un verbo». Laura Rodig Pizarro (1901–1972), obra de la historiadora Yocelyn Valdebenito, que profundiza en su trayectoria multifacética y su influencia en regiones como Magallanes, donde dejó una huella educativa y cultural imborrable.

Laura Rodig encarna el ideal de la mujer libre y pensante, que busca incansablemente el perfeccionamiento individual y colectivo. Su vida es ejemplo de compromiso con la verdad, la educación y la justicia social. Desde la Masonería Femenina, rescatamos su legado como una expresión luminosa del trabajo iniciático que transforma la materia en espíritu y la acción en símbolo.

Por Departamento de Género GLFCH.
Fotografías pertenecientes a la Biblioteca Nacional.