Solo quien enseña con pasión puede esperar que sus alumnos aprendan con placer. Solo quien se muestra deslumbrado ante la belleza puede iniciar a sus alumnos en el contemplar. Solo quien cree en la verdad que enseña puede pedir interpretaciones veraces. Solo quien vive en el bien —que es justicia, paciencia, respeto por la diferencia en el quehacer docente— puede aspirar a modelar el corazón de las personas que le han sido confiadas. – Papa Francisco.
Cada 16 de Octubre, las chilenas y chilenos rinden el más agradecido homenaje al profesor(a). Se trata de un merecido y justificado reconocimiento a la delicada labor que hombres y mujeres, que optaron por este maravilloso apostolado, realizan a lo largo y ancho de nuestro territorio. En efecto, en el más apartado caserío rural precordillerano, en las gélidas tierras australes, así como en las grandes ciudades, localidades y pueblos, siempre están abiertas las puertas de una escuela o colegio, para acoger con amor y ternura al más preciado tesoro que tiene una familia, un padre, una madre como son sus hijos e hijas.
Pero, ese acto maravilloso de formar en valores, educar la mente y cultivar el espíritu, sólo puede ser realizado por personas con una vocación especial, que implica moldear la delicada arcilla de la infancia, así como dotar de herramientas de progreso y superación humana a todas(os) con igual esmero y dedicación.
También es cierto que la profesión docente se ha complejizado en los tiempos actuales, en que muchas veces los docentes han sufrido amenazas y agresiones inmerecidas; pero, aun así, perseveran en su bella tarea. Esta honrosa profesión merece y espera mejores niveles de apoyo y protección legal para cumplir dignamente su hermosa labor.
Cómo, entonces, no entregar en esta ocasión un saludo agradecido, una palabra de estímulo, un abrazo emocionado a las profesoras y profesores de nuestra patria.
Gracias, sepan que existen muchas conciencias que reconocen desde el corazón esta abnegada y valiosa labor.
¡Felicidades en este día, queridos(as) profesores(as)!
Por Blanca Reyes Linares, Corresponsal Logia Gea N°30 de Ovalle y Profesora Normalista.