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Eloísa Díaz, en 1881, se convirtió en la primera mujer en acceder a estudios superiores al ingresar a la Universidad de Chile para estudiar Medicina.
En 1877, Chile dio un gran paso hacia la igualdad de género al permitir el ingreso de mujeres a las universidades. Gracias al Decreto Amunátegui, las mujeres de la época pudieron acceder a la educación superior y romper con las barreras en un espacio hasta entonces reservado exclusivamente para los hombres, fomentando la autonomía y la participación de las mujeres en la sociedad.
Las carreras elegidas por las primeras mujeres universitarias fueron derecho y medicina; Matilde Throup, la primera abogada de Chile y Eloísa Díaz y Ernestina Pérez son las primeras mujeres en recibir el título de médico cirujano, marcando un precedente en la historia del país. Este suceso evidenció los cambios culturales y sociales que empezaban a gestarse en una época de grandes desigualdades para las mujeres, quienes debían superar numerosos obstáculos legales y sociales para acceder a la educación superior.
El ingreso de las mujeres a la universidad fue también resultado de las luchas del movimiento feminista emergente, que desde mediados del siglo XIX comenzó a exigir el reconocimiento de los derechos educativos, políticos y laborales de las mujeres. Este avance no solo simbolizó un triunfo individual, sino que marcó un precedente para las generaciones futuras, consolidando un paso fundamental hacia la equidad de género en Chile.
Por Daniela Leyton Quezada, Corresponsal Belén de Sárraga N°53 de Concepción.
Foto: Alumnas en clase de Puericultura, 1926. Archivo Fotográfico Museo de la Educación Gabriela Mistral.