Graciela Cooper Godoy siempre soñó con volar y puso todo su empeño en lograrlo. El 24 de octubre de 1929 desplegó sus alas y realizó su primer vuelo sola. Meses después, el 26 de julio de 1930 con 19 años, obtuvo su licencia de piloto tras rendir una prueba que sus examinadores aplaudieron. Se convirtió así en la primera mujer aviadora de Chile, hasta entonces, solo los hombres podían volar.
Graciela nació en Santiago, en 1911. Su familia era propietaria del fundo Santa Teresa de Lo Ovalle, pretendido entonces para instalar lo que muchos años después sería el aeropuerto de Pudahuel, hoy “Comodoro Arturo Merino Benítez”.
Las graves heridas que sufrió en un accidente, en 1930, no la hicieron perder su pasión por la aviación y muy pronto fue reconocida como una figura inspiradora, como reconoció la revista «Los Sports».

El matrimonio la llevó a permanecer en tierra hasta 1953 cuando se reincorporó al Club Aéreo de Chile de regreso a la más grande de sus pasiones. Su valentía y los logros que fue alcanzando abrieron caminos para cientos de mujeres en la aviación en un campo laboral históricamente masculino.
Graciela Cooper Godoy falleció en 1997 a los 89 años, dejando un legado perdurable en la Aviación Chilena. En honor a su destacada contribución, el día 26 de julio se celebra y conmemora en nuestro país, como el «Día de la Mujer Piloto». Su vida y sus sueños no solo despertaron los de otras mujeres, sino que también establecieron un precedente de profunda perseverancia, dedicación y convicción. Sus esfuerzos continuarán siendo fuente inspiradora para futuras generaciones de aviadoras en Chile y América Latina.
Por Departamento de Género GLFCH.
*Foto «Rincón Patrimonial Chileno», creada por IA.