El Solsticio de Verano: Un Portal de Luz y Sabiduría para el Renacimiento Espiritual

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Este momento trascendental es un punto de conexión cultural, simbólica y filosófica en las distintas tradiciones del mundo; la representación más clara de la Divinidad, dadora de luz, vida y calor.

Los Solsticios son portales espaciotemporales, verdaderos momentos mágicos que simbolizan la dualidad de la luz y la oscuridad, tema recurrente en la filosofía. Podemos decir que es un símbolo de la lucha entre el conocimiento y la ignorancia, la vida y la muerte, lo material y lo espiritual. La reflexión masónica, con facetas simbólicas y filosóficas, dice que la luz es el símbolo central de la Orden, representando el conocimiento, la verdad y la sabiduría. 

En este día de Solsticio, al alzar la mirada hacia el sol, recordamos las enseñanzas de la luz que guía nuestro camino en la búsqueda del conocimiento. Así como el sol alcanza su mayor esplendor, nosotras también aspiramos a alcanzar la luz de saber. El sol, símbolo de la muerte y el renacimiento, nos hace comprender que todo lo que vive debe morir y renacer en un ciclo continuo; morir para vivir. 

Esta festividad está estrechamente asociada con el elemento del fuego, es así muchos rincones del mundo se encienden hogueras para purificar y ahuyentar a los espíritus malignos y a las malas influencias. El fuego representa la transmutación, de donde emerge algo nuevo y mejor. 

El fuego ilumina y da la luz que ilumina la noche más intensa, es luz de la verdad que disipa las sombras de la ignorancia y la sabiduría luminosa que conduce a los iniciados en su camino hacia la perfección.

Sabemos que hay un tiempo para sembrar y crecer y luego un tiempo para cosechar. Por eso debemos ser conscientes de nuestro propio desarrollo. Es momento para renovar nuestros compromisos sabiendo que nuestras acciones y palabras pueden traer luz y calidez a las vidas de los demás. De ahí la importancia de participar activamente de este momento, con plena consciencia accediendo a otros estados de ser.

“¡Condúceme de lo irreal a lo real, de la oscuridad a la luz, de la muerte a la inmortalidad!”

Por Corresponsal Logia Hipatia N°31 de Santiago, Rosita López.