
Lo conocemos como cóndor andino, su nombre científico es Vultur gryphus y cada 7 de julio el mundo celebra su Día Internacional.
La majestuosidad del cóndor andino se exhibe desde Venezuela hasta Tierra del Fuego, circundando toda la cordillera de los Andes. En Chile, se luce orgulloso en el escudo nacional representando la fuerza.
El cóndor es el ave voladora más grande del mundo y una de las especies emblemáticas de Sudamérica, símbolo de libertad y poder en muchas culturas originarias. Puede alcanzar hasta 15 kilos de peso y una envergadura alar de hasta tres metros.
Además de ser considerado como el Rey de los Andes o Rey de las Alturas, el cóndor tiene un rol fundamental sobre el ecosistema. Su condición de carroñero le permite contribuir a la eliminación de cadáveres de otros animales que constituyen un foco de bacterias causantes de múltiples enfermedades.
Hoy por hoy, el cóndor está en peligro. Su caza indiscriminada y la destrucción de su hábitat derivada de la extensión urbana, amenaza su supervivencia por lo que actualmente se estima que es una especie en peligro de extinción.
En nuestro territorio, el cóndor andino está protegido por la Ley de Caza (Nº19.473) cuyo reglamento prohíbe la caza o captura de especies en peligro de espacios en peligro de extinción, vulnerables, raras o escasamente conocidas entre las que se encuentra incluido. Además, en 2006, fue declarado Monumento Nacional lo que le otorga una protección especial. Otros países se han comprometido también con su cuidado y conservación.
En la música, este rey de las alturas quedó inmortalizado en la composición de Daniel Alomía Robles, autor de “El cóndor pasa”, obra que es considerada como el segundo himno del hermano Perú.
La fuerza del cóndor andino y su incombustible amor por la libertad son también muy relevantes en la Masonería. Las mujeres masonas somos fuertes, amamos y luchamos por la libertad.
Por María Z. Barrios P. Logia Ayün N°4 de Santiago.
Departamento de Medio Ambiente y Sustentabilidad GLFCH.