DEPARTAMENTO DE MEDIO AMBIENTE Y SUSTENTABILIDAD
En la época de los ’80, se observó que cada vez más personas que vivían en zonas rurales abandonaban sus hogares para trasladarse a las ciudades con el anhelo de conseguir un mejor estilo de vida. Las cifras extrapoladas permitían estimar que para el año 2030 el 60% de la población mundial habría abandonado los campos para asentarse en las periferias de las ciudades; sin una buena planificación esta migración solo podría generar zonas deprimidas, pobreza, delincuencia, desempleo, contaminación y enfermedades.
Y peor aún, no solo se afectarían los índices poblacionales, sino que además repercutiría negativamente en el desarrollo agrícola de los países, en la preservación de la cultura y el abandono de un sector productivo que marcaría las diferencias en el futuro.
Entonces, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 1985, designó el primer lunes de octubre de cada año como el Día Mundial del Hábitat, dando inicio al mes de Octubre Urbano, con el propósito de provocar la reflexión sobre el poder y la responsabilidad que tenemos todos y todas de moldear el futuro de nuestras ciudades y pueblos, asegurando que el desarrollo de las estas se realice de forma sostenible, y sobre el derecho básico de todas y todos a un refugio adecuado, siendo la vivienda, una necesidad humana básica, el elemento esencial de la urbanización.
Además, la vivienda desempeña un papel catalizador en el desarrollo económico, la generación de empleo, la reducción de la pobreza y la mitigación de las vulnerabilidades que se encuentran en las ciudades. Cualquier inversión en vivienda tiene un impacto inmediato en las urbes y una profunda influencia en la vida de las personas.
La Nueva Agenda Urbana (NAU), adoptada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, en Quito 2016, es una guía global que orienta de forma clara, cómo la urbanización bien planificada y gestionada puede ser una fuerza transformadora para acelerar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), inspirando nuevas soluciones para abordar la emergencia climática, gestionar los flujos migratorios, combatir pandemias y atender los desafíos globales.
Cada año, en el marco del Día Mundial del Hábitat, se desarrolla un tema o lema para provocar la reflexión. Es así como en el año 2020, dado que la pandemia de COVID-19 puso de manifiesto que una vivienda es mucho más que un techo y que debía cumplir algunos requisitos básicos, como suficiente espacio, permitir trabajar, vivir y la recreación, y contar con los servicios básicos a los que cualquier ser humano debe acceder, el tema fue “Vivienda para todos, un mejor futuro urbano”.
En el 2021, con el objetivo de colaborar con la compaña global Race to Zero (“la carrera a cero”) para animar a gobiernos y actores sociales a reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el periodo previo a la Cumbre Internacional sobre el Cambio Climático COPS26, el tema fue “Acelerar la acción urbana para un mundo libre de carbono. En el año 2022, el lema fue “Cuidado con la brecha, no dejar a nadie ni un lugar atrás”, centrándose en abordar el problema de las desigualdades en las ciudades, la mayoría por causa de los problemas de la conocida “triple C”: Covid-19, clima y conflictos.
Para este año 2023 se definió el lema “Economías urbanas resilientes. Las ciudades como motores de crecimiento y de recuperación”, relevando que las ciudades deben reflexionar el cómo pueden prepararse para la recuperación después de las crisis económicas globales. El Fondo Monetario Mundial (FMI) señala que el 2023 ha sido un año particularmente desafiante para las economías urbanas, puesto que el crecimiento de la economía global está disminuyendo alrededor del 2,5% y, junto con la crisis de Covid-19 en 2020 y la crisis financiera global en 2009, este sería el crecimiento más débil experimentado desde 2001 Y que dada la magnitud de la contribución de las ciudades a la economía nacional, el futuro de muchos países estará determinado por la productividad de sus áreas urbanas, es decir, las ciudades son los motores que crean valor para impulsar la recuperación económica, y para ello se requiere que estas puedan absorber, recuperarse y prepararse para futuras crisis económicas.
En este tema, el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) tiene el mandato de la Asamblea General de las Naciones Unidas de promover pueblos y ciudades social y ambientalmente sostenibles. ONU-Hábitat es el punto focal para todas las cuestiones de urbanización y asentamientos humanos dentro del sistema de las Naciones Unidas y trabaja con socios para construir ciudades y comunidades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles, promoviendo la urbanización como una fuerza transformadora positiva para las personas y las comunidades, reduciendo la desigualdad, la discriminación y la pobreza. Teniendo por misión encarnar las cuatro funciones principales de la ONU, que se pueden resumir en: pensar, hacer, compartir y asociarse.
Finalmente, apoyar el cambio transformador y sostenible en las ciudades y los asentamientos humanos para que nadie ni ningún lugar se quede atrás, asegurando una mejor calidad de vida para todas y todos, en un mundo en contante proceso de urbanización, iría en correlación con nuestros principios regidores de libertad, igualdad y fraternidad, pensando en el bienestar de la humanidad en general, y sin olvidar el mundo rural y aquel sector productivo que asegura nuestra sobrevivencia como especie.
Por Ma. Alejandra Carevic Sierra, Ingeniera en Acuicultura, Logia Ailyn N°18 de Puerto Montt.
REFERENCIAS:
https://onuhabitat.org.mx/index.php/dia-mundial-del-habitat-2023
http://onuhabitat.org.mx/index.php/la-nueva-agenda-urbana-en-espanol
https://www.un.org/es/observances/habitat-day
https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-mundial-del-habitat#resTit_1