A nivel mundial, el Día Internacional contra el Trabajo Infantil representa una llamada de atención urgente sobre una problemática persistente que afecta a millones de niños y niñas en todo el mundo. A pesar de los esfuerzos por erradicar esta práctica, el trabajo infantil sigue siendo una realidad alarmante que compromete el bienestar y el futuro de innumerables menores.
Según datos del año 2023, más de 152 millones de niños y niñas se ven obligados a trabajar en condiciones peligrosas y precarias en todo el mundo. Esta cifra alarmante subraya la urgencia de abordar las causas profundas que perpetúan esta realidad. Entre las principales razones se encuentran la pobreza extrema, la falta de acceso a la educación, la discriminación, y la vulnerabilidad socioeconómica de las familias.
El trabajo infantil les priva de su infancia, educación y salud, los expone a abusos y violencia, perpetuando un ciclo de pobreza y vulnerabilidad que afecta a las generaciones futuras. Los niños y niñas deben estar jugando y aprendiendo, no trabajando.
En los últimos años, se destaca la urgencia de abordar el impacto que dejó la pandemia en el aumento del trabajo infantil. La crisis sanitaria exacerbó las condiciones socioeconómicas precarias en muchas comunidades, empujando a más niños y niñas hacia el trabajo peligroso y la explotación.
Para combatir eficazmente el trabajo infantil, es crucial adoptar un enfoque integral que aborde estas causas subyacentes. Esto implica no solo implementar políticas y programas que garanticen el acceso universal a una educación, sino también fortalecer las redes de protección social, mejorar el acceso a servicios de salud y promover oportunidades económicas para las familias».
Es imperativo intensificar los esfuerzos para proteger a los más vulnerables.
El Día Mundial contra el Trabajo Infantil es un llamado a la acción global. Instamos a los gobiernos, empleadores, sindicatos, organizaciones internacionales, sociedad civil y comunidades, todos tenemos un papel que desempeñar.
Como individuos, podemos comenzar por informarnos y sensibilizarnos sobre esta problemática, apoyar a organizaciones que trabajan en la protección de los derechos de los niños y niñas, y tomar decisiones éticas en nuestras actividades diarias, como consumidores y empleadores.
Juntos, podemos ayudar a crear un mundo donde cada niño y niña tenga la oportunidad de crecer y desarrollarse en un entorno seguro, libre y protector.
Por Logia Armonía N°14 de Viña del Mar.