Día internacional contra el cambio climático

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El 24 de octubre se conmemora el Día Internacional contra el Cambio Climático, como un recordatorio de la importancia de preservar la biodiversidad, reducir las emisiones de carbono y trabajar por un futuro más verde y sostenible para todas y todos.

El cambio climático, según Naciones Unidas, implica alteraciones a largo plazo en temperaturas y patrones climáticos o meteorológicos, alterando el equilibrio habitual de la naturaleza, afectando a todo el planeta. 

Aunque estos cambios pueden ser naturales, desde la Revolución Industrial las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, además de otras actividades antropogénicas, han sido la principal causa  del aumento de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y entre estos especialmente, el dióxido de carbono (CO2). Estos gases atrapan calor y provocan el calentamiento global, aumentando las temperaturas promedio y desencadenando fenómenos extremos como huracanes, sequías prolongadas, incendios forestales y aumento del nivel del mar.

Las temperaturas de la superficie han sido sucesivamente cada vez más cálidas, en las últimas décadas, desde 1850, desencadenando además la migración de especies y “migración ambiental” de la población humana más vulnerable.

A pesar de los acuerdos internacionales como la Agenda 2030, los esfuerzos para  frenar el calentamiento global aún son insuficientes. Ante estos escenarios, es necesario ponerse en acción. Pequeñas acciones pueden marcar la diferencia. 

Bajo esta premisa, la Gran Logia Femenina de Chile creó el Departamento de Medio Ambiente y Sustentabilidad, que en sus inicios puso en marcha un proyecto piloto para determinar la huella de carbono en algunas casas masónicas. Igualmente se diseñaron  estrategias de promoción  para reducir la emisión de dióxido de carbono o CO2, a través del uso eficiente de energía de equipos electrodomésticos, iluminación y calefacción.

Asimismo, a través de talleres de sensibilización, se busca incentivar la realización de acciones para reducir la huella de carbono, a nivel personal y de forma corporativa, aplicando economía circular.

Uno de los desafíos más ambiciosos pero maravillosos de la Gran Logia Femenina de Chile, es la recuperación de bosques nativos de la  Región de la Araucanía, donde se plantarán más de 15.000 árboles nativos: roble, raulí, lenga, coigüe y araucaria. Estos árboles, además de capturar CO2, ayudarán a restaurar ecosistemas dañados por la acción humana. Son aliados estratégicos en esta acción, la Gran Logia Mixta de Chile, la Fraternidad Alpha Pi Épsilon y la Asociación de Mujeres Laicas, junto a CONAF, la Corporación Cultiva, y principalmente, el esfuerzo y satisfacción de cada una de las mujeres masonas que han colaborado comprando uno o más árboles.

Este tipo de iniciativas demuestran que podemos contribuir, a nivel local, a combatir el cambio climático, unidas en fraternidad, dejando un legado sostenible para las futuras generaciones. Y si es así, ¿Por qué no pensar en replicar este proyecto en cada región de nuestro país? Y de esta manera, ¿hacer que nuestra huella contra el cambio climático sea una senda de igualdad, fraternidad y libertad para todas y todos?.

Por Alejandra Carevic S., Departamento Medio Ambiente y Sustentabilidad.