Hoy 14 de junio, es un día para recordar a todos aquellos que alguna vez han pasado por un momento de salud complejo, que han estado entre la vida y la muerte, y también para celebrar a quienes han decidido amorosamente ser donantes, realizando un acto desinteresado y filantrópico. Este día es en agradecimiento a todas aquellas personas que no reciben nada a cambio y es momento de concientizar sobre la necesidad de realizar donaciones de forma permanente, velando siempre por la calidad y seguridad.
Desde tiempos remotos, muchas culturas y pueblos asimilaban la sangre como un elemento mágico y vital. Es así como egipcios, hindúes, chinos y aztecas practicaban actos considerados milagrosos llamados SANGRIA. Ya en 1667 Jean Baptiste Denis, médico francés, realiza la primera transfusión de sangre documentada a un enfermo de sífilis que muere por recibir transfusión de un cordero. Siglos más tarde, en 1901 Karl Landsteiner entrega la clave y da el puntapié inicial en las transfusiones de sangre, descubriendo y tipificando los grupos sanguíneos para, años después -en 1936 y durante la Guerra Civil Española- crear el primer centro de transfusión.
Karl Landsteiner, nacido el 14 de junio de 1868, es destacado en la actualidad por la OMS, organismo que se dedica a través de su legado a concientizar alrededor del mundo sobre la importancia de hacernos parte de este acto que permite salvar millones de vidas y, muchas veces también, mejorar la calidad de las personas.
En Chile, existen 51 puntos fijos establecidos de donaciones de sangre y diversas iniciativas ministeriales que van en línea de aumentar el número de donantes, ya que existe un déficit importante no solo en nuestro país, sino a nivel mundial.
¿Dónde se puede donar sangre? En cualquier hospital o clínica del país.
Mas información aqui: https://www.minsal.cl/dona-sangre/lugares-y-horarios-para-donar-sangre/
Requisitos para donar: https://www.minsal.cl/dona-sangre/requisitos-para-donar-sangre/
“Dona sangre, dona plasma, comparte la vida, compártela frecuentemente”.
Por María José Osorio Zenteno
Corresponsal Logia Aletheia N° 29 de Santiago