La Tirana, una fiesta que reúne al pueblo, su cultura y religiosidad 

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Cada mes de julio, la Región de Tarapacá abre sus puertas para realizar un encuentro de devoción, cultura, folclore, identidad, fe e interculturalidad. La Fiesta de La Tirana, no es solo una celebración religiosa, es un punto de encuentro entre lo espiritual y lo profano.

Conviven en mismo espacio, bailes religiosos (Chinos, Morenos, Gitanos, Indios, Diabladas, Caporales, Cuyacas y otros), peregrinos, caminantes, promeseros, turistas de todas las latitudes, altiplánicos, vendedores ambulantes, personas en carpas, arrendatarios de piezas y muchos otros. También los voluntarios, distribuidos en diversos servicios y/o comisiones, las cuales se encuentran organizadas y cumplen un rol importante, como Centinelas y Misiones: Misión Niños, Misión Cruz de Calvario, Misión Portería, Misión Joven/Camino, Misión Servicio, Misión Ornamentación y tantas otras.

La Fiesta de La Tirana, en sus orígenes, está relacionada con la leyenda de la Ñusta Huillac, una princesa indígena que se enamoró de un conquistador, interrelacionando de esta manera aspectos de la tradición cristiana y la cosmovisión de los pueblos originarios.

La celebración de la víspera es el día 15 de julio y la misa y procesión el 16 de julio, en donde se realizan las principales celebraciones en honor a la Virgen del Carmen. Es la mayor fiesta religiosa del Norte Grande de Chile y la más popular del país.

Es una oportunidad de encuentros para las familias, que ensayan durante todo el año sus bailes tradicionales y religiosos para “saludar” la Virgen, en donde de manera organizada, se dividen para entregar los “Buenos Días”, “Buenas Tardes” y “Buenas Noches” a la Patrona de Chile, como señal de devoción, tradición, agradecimientos, como forma de pagar mandas y otros.

Participar de las celebraciones y actividades de dicha fiesta es un privilegio, imposible no emocionarse con tamaña demostración de fe, de devoción, de folklore vivo y de interculturalidad. Ser testigo de cómo las tradiciones siguen vivas y trascienden a través de los tiempos y las personas, es sin duda una grata demostración de esperanzas, de renovación y de encuentros… con las personas, con sus raíces, con sus ancestralidades y espiritualidades.

¡Viva la Reina de Tamarugal!

Por Cristiane Morais, Corresponsal Logia Kimsa Warmi N°39 de Iquique.