Por siglos, la Masonería fue un mundo reservado exclusivamente a los hombres, pero en nuestro país las mujeres fueron pioneras en América del Sur.
Hasta hace poco tiempo no existían mujeres que pertenecieran a la Masonería. En las últimas décadas el fenómeno se ha extendido a diversos países, contribuyendo activamente al desarrollo de la Masonería Universal, desafiando las restricciones sociales y culturales que durante siglos que limitaron su participación.
Por ello conversamos con Soledad Torres Castro, Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de Chile, cirujano de mama, de la Universidad de Chile, quien señaló: “La Masonería Femenina es una Institución iniciática, humanista, laica, filosófica y filantrópica, que pretende lograr el perfeccionamiento de las mujeres que la conforman mediante el estudio y la internalización de principios valores dentro de un marco ético, siendo los principios fundantes de la Masonería, la libertad, igualdad y fraternidad. En este sentido no hay diferencias con la Masonería Masculina ya que los principios y valores que nos inspiran son los mismos».
«Un tema no menor es que nosotras somos una agrupación sólo de mujeres. La sociedad sigue siendo patriarcal y nosotras requerimos de tiempos y estilos de reflexión propios… en ese sentido, en este momento histórico nos acomoda una Masonería exclusivamente de mujeres», dice.
¿Cómo ha evolucionado la participación de la mujer en la Masonería en Chile y el mundo?
La participación de la mujer en Chile y en el mundo ha sido progresiva. En nuestro país la Masonería Femenina se fundó en 1983 por un grupo pequeño de mujeres visionarias y hoy somos 1300 mujeres las que integramos esta institución anlos largo de Chile. Cabe destacar que la Gran Logia Femenina de Chile fue la primera agrupación de mujeres masonas constituída en Sudamerica, que luego generó las bases para que se abriera Masonería Femenina en Argentina, Uruguay, Venezuela y Bolivia, y en el mundo existimos en varios países de Europa.
¿Qué desafíos enfrentaron las primeras mujeres para fundar logias femeninas y en qué año?
En el aspecto práctico, los principales desafíos fueron encontrar una sede donde funcionar y financiarla. También el crecimiento hacia el resto del país fue un proceso complejo que nos llevó décadas, principalmente por falta de recursos y de casa dónde funcionar. Hoy podemos decir con orgullo que estamos en casi todas las capitales regionales y, en el caso de la Región de Valparaíso, tenemos dos Logias en Viña del Mar, una en Quillota, otra en Quilpué y otras 3 en formación, en San Felipe, Los Andes y La Calera. No menor fue ser aceptadas y reconocidas por la Masonería Masculina, situación que durante los últimos años está en un proceso de cambio paulatino, el que comenzó con la firma de un Acuerdo de Relación entre ambas instituciones en 2018, iniciativa promovida por el actual Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Sebastián Jans Pérez, quién lo suscribió junto a la Gran Maestra de ese momento, Carmen Mardones Hauser.
¿Quiénes pueden acceder a la Gran Logia Femenina y cuaes son los requisitos básicos para ser iniciada?
Pueden acceder mujeres de espíritu libre, que les guste el estudio y la reflexión con diálogo y que estén dispuestas a dedicar pate de su tiempo a la Gran Logia Femenina de Chile, que en principio implica parte de una tarde-noche a la semana. Esta dedicación de tiempo aumenta en la medida que se ejercen cargos en la institución. No hay límites de edad. La mayor parte tiene entre 35 y 65 años, aunque hay de menos de 30 y sobre los 90 años. Lo mismo ocurre con los estudios, la mayor parte son profesionales, pero no es requisito; lo importante es que se comprometan con el tiempo para el estudio y la reflexión. Dado que nos autofinanciamos, también es importante disponer de ingresos mensuales, pues pagamos cuotas para mantener las casas y que estén operativas.
¿Qué motiva a una mujer a integrarse a la Masonería hoy en día?
La experiencia ha demostrado que las mujeres que se acercan a la Gran Logia Femenina de Chile y manifiestan su interés en ingresar son personas inquietas intelectualmente, que se encuentran en una búsqueda de enriquecimiento espiritual y de perfeccionamiento de sí mismas. Para nosotras es un regalo disponer de este espacio de crecimiento personal, no es fácil en el momento individualista, de tanta rapidez y de poca empatía de la sociedad actual.
Por Juan Guillermo Prado O. 14 de junio 2025. Actualidad. Diario La Estrella de Valparaíso.
